BITACORA DE UN VIAJE ESPIRITUAL


De la Encarnación a la Re-encarnación

Desde que la dinámica de la eclosión de este universo, -en particular de la tierra- medianamente se estabilizara, haciendo posible la vida biológica, ha existido la encarnación, y cuando la complejidad de la vida biológica me dio un cuerpo apropiado en aquel estadio postrero de la evolución, encarné así como lo hicieron otros miles de espíritus equivocados, animando las distintas subespecies humanas que poblaron primitivamente el orbe terrestre, en eras geológicas pretéritas, algunas conocidas y estudiadas, así como en otras que permanecen ignotas para las generaciones modernas y cuyos rastros podrían pasar desapercibidos por el resto de los tiempos. Vime, entonces, a la postre Humano, reducido a un universo tridimensional, y sujeto a las contingencias de una criatura frágil expuesta a los avatares de la naturaleza mientras permaneciese encarnado; Limitado a actuar en esta dimensión física, sujeto a sus leyes, a través de un cuerpo biológico perecedero.

Aprovechando la evolución orgánica de unas criaturas cuya disposición corporal y tamaño del cerebro las hacían muy aptas para acomodarse a las duras exigencias de la vida material, la primera vez que encarné lo hice en un ser antropomorfo, muy tosco, bastante primitivo, de típicos rasgos simiescos. Incapaz del habla en ausencia de un aparato fonador adecuado y novel aún para inventar un lenguaje, y nombrar los objetos de un mundo nuevo, me expresaba gestual e intuitivamente, mientras aprendía, junto con mis afines a domeñar el entorno para crear los rudimentos de lo que más adelante sería la cultura de los Hombres. Muy pronto, en relación a los extensos periodos geológicos anteriores, nuestra especie comenzó a diseminarse por sobre la Tierra, adaptándose magistralmente a todos los ambientes con ostensible ventaja sobre las demás especies biológicas.

A pesar de nuestra apariencia primitiva, éramos criaturas inteligentes y extremadamente sensibles, pues sencillamente no éramos otra cosa que Espíritus Encarnados, aunque no tuviésemos clara conciencia de ello en el ámbito de nuestra vivencia material. En este orden de ideas conviene señalar que la inteligencia y la conciencia de ella, siempre han sido un rasgo exclusivamente humano; Un don inherente a su naturaleza de Espíritu o Unidad Espiritual Encarnada. De ahí que siempre, encarnaron, encarnan y encarnaran, ya sea animando un prehomínido, a un ser definitivamente humano o de complejidad biológica similar, espíritus íntegros, unidades completas, en suma inteligentes. Nunca una partícula o fracción espiritual, incapaz de tener conciencia plena de si misma.

Comenzó entonces la experiencia de La humanidad, ese conglomerado de variada representación física y múltiples formas pluriculturales de adaptar el mundo a sus necesidades o de adaptarse ellos mismos a el. Unas singulares Criaturas biológicas animadas por Espíritus Equivocados comprometidos a alcanzar de nuevo las elevadas cotas de su Perfección Moral, a pesar de su propia necedad y malicia. Conformé sociedades, fundé ciudades y construí un sinfín de civilizaciones -muchas de las cuales se extinguieron a causa de sus propias contradicciones-, domeñando el entorno e inventando una parafernalia de artilugios capaz de ayudarme en la obtención de los requerimientos básicos para la subsistencia material.

Pero, desde esa primera vez, trasladé de la dimensión espiritual al mundo de los Hombres todas mis contradicciones; todos mis defectos, egoísmos, bajas pasiones, rencores y odios; Y así, también, el fantasma de la guerra, con todos sus horrores campeo genocida desde las primitivas edades. Ambicione el poder supremo y me convertí en amo, dueño y señor de todos a quienes una vez más, aquí, sometí.

Tras milenios de este quehacer malhadado en el mundo humano, cree sociedades enajenadas en las que la cosificación del individuo y la suprema avidez por la riqueza material, fueron la norma de la existencia. Con la experiencia adquirida en la encarnación y aun cegado por el egoísmo y la ambición no superados, cree, junto a otros dotados de la misma experiencia Merced a nuestras Fuerzas de Choque (llamadas magias[1] por los humanos) encargadas de hostigar a los espíritus encarnados en este planeta. Como Magias, tratábamos de no perder el control que ya teníamos sobre ellos. En estas lides competíamos contra otros grupos que buscaban ganar prosélitos para sus respectivas causas. Ellos eran nuestros enemigos, generalmente con una ideología distinta, lo que nos obligaba a ser muy recursivos, constantes y persuasivos. En nuestra condición de seres infinitos, el tiempo terrestre era nuestro aliado.

Las equivocaciones cometidas habían cambiado nuestro estado vibratorio original, que nos daba una apariencia, a la visión espiritual, brillante y diáfana, cuando éramos Espíritus de Luz. En esta nueva Dimensión del Error, podían ahora verse inconmensurables cantidades de espíritus de variopinta coloración producto de sus distintas vibraciones: Los Rojos, y los Negros habían conquistado grandes conglomerados de espíritus y seres humanos. Los Marrones, por su parte también habían hecho de las suyas, fomentando la destrucción masiva y su avance parecía incontenible.

Por nuestra parte, buscábamos ampliar nuestra esfera de influencia a través del imaginario mágico-religioso; Habíamos hecho alianzas con algunas facciones de los Rojos, no tan recalcitrantes, y estábamos en negociaciones con un sector de los Negros menos dados al extremismo. Estos últimos dominaban a todos los creyentes de las religiones, en especial las grandes religiones (conocidas por los humanos como catolicismo, islamismo, budismo e hinduismo, etc., etc.) y contribuían con su acción a fomentar el pensamiento mágico[2].

La influencia de los Rojos estaba repartida por todo el orbe y dominaban a individuos de disímil condición cultural, sexo, y edad; Promocionado los vicios sensuales en todas sus formas de expresión. Eran los más extendidos y mas decisivos a la hora de someter bajo su influencia a sus victimas. La condición amoral de una gran mayoría de los habitantes del planeta facilitaba la acción perniciosa de este grupo o categoría[3].

Los Marrones extendían sus tentáculos dispersos por los cinco continentes, auspiciando toda guerra genocida, instigando las ideologías y fanatismos políticos para incitar guerras de exterminio mutuo. Por nuestra parte, como miembros del grupo o categoría Blanca, habíamos establecido base entre los mixtificadores y fetichistas, entre los practicantes de la magia vindicativo-punitiva, del ilusionismo fraudulento; Entre los esoteristas y practicantes de la parapsicología y de la metafísica y del espiritismo mixtificado y mercantilista. Por nuestra coloración blanquecina fácilmente hacíamos creer a los ingenuos que éramos espíritus de luz, lo que hacia muy sencillo manipularles. Por nuestras huestes desfilaban todos los nigromantes, ocultistas, shamanes y lamas; Los adivinos en general como quiromantes, agoreros, augures, y pitonisas. Nuestro poder era determinante entre los seres de las llamadas culturas primitivas del planeta por su crasa ignorancia material y su enredado imaginario espiritual. Éramos influyentes con todos aquellos que tenían una mediana idea de la existencia del Mundo Espiritual[4], especialmente con los más intuitivos[5]pero muy supersticiosos. Nuestro objetivo primordial era, y es, desvirtuar todo lo que pudiese poner en franca evidencia nuestra existencia, de hecho lo que más nos conviene es la incredulidad y la duda.

Tal acción es un asunto fácil si manipulábamos la tendencia natural a fantasear que tiene la gran mayoría de los seres humanos. Solo los mediumnímicos podían atestiguar sobre nuestra existencia y nuestro poder de influencia a través de la mente en el quehacer cotidiano de los seres humanos. A los mediumns reconocidos por sus pueblos se les perseguía de manera especial y se les organizaba un tinglado de manipulaciones psicológicas que tan solo les confundían más, llevándoles, en no pocos casos a la demencia, o al menos poniéndoles en ridículo frente a sus contemporáneos, fomentando así su credibilidad en nosotros Nuestra política era y es presentar un bajo perfil para manipular libremente. Esa es la estrategia principal.

Sin embargo, algunos seres lograban escapar a muestra influencia, y no teniendo donde y con quien mas protegerse, se sujetaban al amparo de un grupo de espíritus que promovían la redención y la práctica del Bien; otros eran capturados o se asilaban con nuestros enemigos. Esto permitió que se conociese acerca de nuestras estrategias secretas, pues casi todos delataron nuestros procedimientos dejando conocer nuestro modus operandi y planes expansivos. Esto logro debilitarnos un poco, pues nuestros enemigos utilizaron ese conocimiento para ponernos en evidencia frente a los encarnados que perseguíamos. Por ello, en estos tiempos, las campañas de expansión eran exhaustivas, pues se necesitaba someter a muchos para acrecentar la base debilitada de nuestro poderío.

Las extremas dificultades en la vida cotidiana de una gran mayoría de los seres humanos, empujaba a muchísimos de ellos a buscar respuestas a sus inquietudes existenciales e incertidumbres materiales, a través de los mediumns, en el Mas Allá[6] convirtiéndose así en victimas propicias para nuestros propios intereses. Desde tiempos inmemoriales se anhelaba la buena fortuna, y así, en la era moderna, muchísimos seguían a pie juntillas el horóscopo, se hacían leer el tarot y asistían a cuanto ritual mágico-religioso satisficiese sus expectativas de conocimiento y reconocimiento, que les proporcionase el éxito material tan anhelado. A través de estos esotéricos medios, desinformábamos mas y mas a los seres humanos, conduciéndoles como borregos en la ejecución de nuestros planes de control; gracias también a su imaginario mágico-religioso, totalmente inspirado y manipulado por nosotros, desde siempre.

Por supuesto que estas diligencias y la efectividad en el reclutamiento de espíritus incautos suscitaban la envidia de las otras Categorías, obligándonos a enzarzarnos en constantes disputas por la hegemonía de territorios, y conglomerados espirituales y humanos. sin embargo, todo esto, contribuía al desequilibrio general del universo, hecho que beneficiaba los intereses de todos los Espíritus Equivocados.

En otro contexto, ayudado por la ciencia y la tecnología hice más dócil el mundo y explote, casi hasta el agotamiento total, todas sus riquezas naturales, dejando prácticamente exhausto al planeta. De igual manera me preocupe por entender y explicar el sino humano a través del estudio de su historia desde una perspectiva materialista para adquirir un saber que me permitiera ejercer más control y poder sobre los seres dominados. En el orden social fomente las condiciones desiguales, la carencia de oportunidades; Engendré la injusticia siendo arbitrario y motivé la corrupción sobornando y comprando las conciencias; Azuce el cultivo desmesurado de la individualidad y el egocentrismo; Le di a unos de más para que los otros se resintiesen y terminasen divididos.

Promoví un ambiente permanente de zozobra, apto para encubrir la acción directa de las fuerzas espirituales del error que anhelan el caos total, incitando a la guerra, fundada en la ambición, en la avaricia, en la envidia y el resentimiento. El genocidio campeo orondo a través de toda la historia humana. Arteramente justificado por alguna mixtificación religiosa o trapisonda sacra, en nombre de los dioses, o en pro de ellos; O, con igual resultado, por motivos fútiles como la diferencia en el color de la piel, el uso de un lenguaje distinto, o la practica de otras costumbres. O, simplemente, por el perverso sentimiento de la ambición de arrebatarle al otro lo suyo, incluida la vida. Así, el siniestro Arte de la Guerra se erigió en el común denominador de la gesta humana.

Debo mencionar que desde los primeros momentos de existencia de la dimensión material, el Mundo Espiritual del Error trato de interferir en su evolución por no convenir a los insanos intereses de los grandes líderes de la Equivocación. Así, desde un comienzo, socavaron las bases espirituales que conformaban los mundos materiales, infiltrándose para sabotear el proceso, quedando muchos de ellos atrapados cuando las cambiantes circunstancias físicas se fueron aquietando hasta consolidar el planeta. Desde un principio su accionar negativo y destructor ha signado la geología de la tierra, siendo responsables de los grandes cataclismos que han azotado, y aun asolan, distintas regiones del orbe. Se han constituido en una enorme fuerza de poder destructivo, cuya sola influencia espiritual ha producido grandes desequilibrios que han asolado recurrentemente a todas las civilizaciones humanas.

Para la mayoría de los Hombres es desconocido que en la dimensión espiritual, la que gravita y se yuxtapone con el mundo material, existen espíritus perturbados que constantemente, a través del sexto sentido o mediumnidad, buscan interferir el accionar normal de los seres encarnados, bien sean unidades o Espíritus –los seres humanos-; o las partículas espirituales que animan los reinos animal y vegetal de la naturaleza. Me permitiré ampliar estos conceptos: El poder, casi omnímodo, de las Fuerzas Espirituales de la Equivocación o Categorías del Error, es enorme e intimidante; Es sumamente efectivo en su accionar negativo; Capaz de propiciar la fragmentación de los espíritus y una hecatombe total en el plano material. Tan solo las infalibles leyes de la física (en el orden material) han impedido que ocurran desastres naturales de la magnitud que quisieran lograr. Así, sin estar encarnados, no pueden obrar directamente sobre la materia pues esta obedece a ordenamientos superiores sujetos a una serie de leyes (termodinámicas, magnéticas y gravitacionales, etc.) inalterables que garantizan su sostenimiento natural y desarrollo hacia la cima de la evolución material y espiritual.

Sin embargo, lo reitero, es a través del Sexto Sentido o Mediumnidad que estas fuerzas obran en la mente de los seres encarnados, induciéndoles a cometer el desacierto o error que ha de desviarles de la senda de su Redención Espiritual, propósito de su encarnación como humanos. La poco desarrollada mediumnidad, incipiente en sus manifestaciones en una gran mayoría de los seres humanos, es una especie de antena receptora-emisora que emite y recoge un sin fin de vibraciones espirituales que transitan por el éter espiritual. Así, en este espacio particular, a través de la mente, los seres humanos pueden establecer conciencia y noción de la Dimensión Espiritual de la cual provienen, y, como espíritus encarnados, intuir, visualizar y contactar dicha dimensión.

Históricamente, de variopintas maneras, el Hombre ha accedido a este saber y lo ha usado, merced a rituales mágico-religiosos o prácticas extáticas como el uso de enteogenos. Pero tal facultad rara vez ha sido usada para hechos positivos. Solo es ver a través de la historia humana, que también podría llamarse Historia de la Infamia, como se hace evidente el siniestro designio del Espiritu Equivocado: Perpetuar el Error. Si acaso se dudase de ello bastara ver la perversa colección de hechos aberrantes, de exterminios genocidas; de la violenta expulsión y conquista; del expolio perpetuo. De este modo todo lo abyecto ya ha encontrado arquetipo en la historia humana, la misma saga, en otra dimensión, del espíritu encarnado.

El deseo de las Fuerzas Espirituales del Error ha sido, es y será, el de entorpecer y, ojala, privar al ser humano del desarrollo libre y fecundo de sus capacidades Mediumnímicas. Para ello ha empleado un sinfín de ardides y sofismas tendientes a engañar o confundir al espiritu encarnado y desvirtuar en el ese deseo natural de tratar de comunicarse con el mundo espiritual del cual proviene, aunque no lo tenga claro. La mixtificación expresa en las magias[7], obra permanentemente a través de la intuición induciendo al encarnado a obrar en contra de su virtud (la practica de la verdad) para incurrir en practicas erróneas que han de limitarle restándole capacidad de acción en la dirección correcta, cual es la de lograr el punto culminante de su odisea: la recuperación de su condición original de criatura perfecta. Por otro lado la ideología expuesta por las creencias religiosas ha sesgado y castrado en el ser humano su innata curiosidad por los asuntos espirituales, mixtificándola al proporcionar un imaginario dogmático, sostenido, no pocas veces, por el uso de la fuerza.

Pese a ello, la dinámica intrínseca de esta curiosidad ha pervivido en ciertos individuos que de manera espontánea han desarrollan su Mediumnidad o Sexto sentido, constituyéndose en los demiurgos de sus pueblos; ese eslabón esencial que permite la comunicación entre el mundo de lo humano y la Dimensión Espiritual. Sin embargo, y gracias a tanta confusión y mixtificación, para millones de seres humanos, este concepto no significa nada, mientras bucean inmersos en el océano enajenado de sus creencias particulares o pensamiento mágico[8]. No pocas veces, esta posibilidad ha sido castigada, al calificarla de brujería o satanismo; De fuente de ideas pervertidas y actos abominables, fenómenos tabú que deben perseguirse y exterminarse.

Gracias a este pernicioso modo de obrar, para millones de seres, la vida no tiene sentido distinto a exacerbar la materialidad; capitalizar bienes terrenales y adquirir status que les permita tener una cuota de poder en el manejo del mundo de los humanos. Obrando en cierta forma, ingenuamente, pues no son concientes de ejecutar una sinfonía ominosamente orquestada por las fuerzas espirituales del error. Sin percatarse que son tan solo artífices de una tarea encargada, una de las tantas impuestas para propiciar su desviación espiritual o nueva incursión en el error. Desperdiciando de paso, la oportunidad que la evolución les brinda para reparar los desaciertos cometidos.

Dentro de una estrategia ominosa, opuesta al sino de la evolución, han transcurrido los siglos y la historia de la civilización humana aún se ahoga en la sangre de los millones de seres que han sido brutalmente masacrados para expoliarlos de sus bienes y derechos. Es un hecho incuestionable que los cimientos de la civilización moderna se han erigido sobre una mórbida armazón de huesos y calaveras humanas. Todos los restos de aquellos seres que han sido carne de cañón para los señores de la guerra y sus esbirros; Los espíritus mercenarios que ejecutan sus designios avariciosos; En cumplimiento de un absurdo designio, en que victimas y victimarios tan solo son ridículas títeres de sus amos espirituales; Sordos todos, al llamado justo de sus conciencias individuales.

Imbuidos por el imaginario perverso de los grupos o Categorías Espirituales (que ya dijimos obran a través de la mediumnidad y de la mente del encarnado), perpetúan el sometimiento y la iniquidad. Merced al concurso de quienes a esto se prestan, que no son, ya lo dijimos, más que tristes polichinelas, persisten en su logro final: la negación total de la libertad del espíritu, su abyecta sumisión y su esclavitud eterna. Puede verse, entonces, que los seres prisioneros de esta influencia difícilmente se percatan de ello, pues los sofismas de distracción han logrado convencerlos que obran en la dirección correcta; y, aunado esto a una falsa sensación de seguridad que les otorga la presencia extendida y generalizada de tal condición, les faculta para sentirse legitimados en su accionar.

Auspiciados por este imaginario, encuentran justificación para sus actos y pensamientos y se puede apreciar como sus vidas de derrochan hasta el exceso, victimas de los vicios, vacíos de sentimientos y perdidos inexorablemente en el oscuro laberinto de sus propias contradicciones. Victimas de una sencilla estrategia conducente a estimular el sensualismo, propuesto para que los Hombres dilapiden sus vidas en un éxtasis a ultranza, como norma de conducta y expectativa final de vida. Cuando estos desencarnan, o mueren físicamente, regresan a su seno espiritual mas comprometidos en el error y pronto entran a fortalecer la influencia de las Categorías del Error que les ampararon, intuyeron y manipularon durante su estadía material.

No pocas veces, su desencarnación o muerte suele producirse en trágicas circunstancias que les demuestran, con la brevedad fatal del rayo, lo inicuo de su accionar; Lo peleles que han sido durante su existencia material, desperdiciando una oportunidad invaluable para redimirse de la triste condición espiritual en que los ha sumido sus propios errores. Y vuelven a reencarnar una y otra vez, quizá en circunstancias más adversas, hasta comprender cual es el sino de esta gesta y emprender decididamente el camino de su evolución espiritual.

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Muy brevemente, de manera harto limitada y ligera, hemos expuesto el telón de fondo subyacente al ejercicio de la experiencia humana desde una perspectiva oculta, que ha sido históricamente negada y perseguida o simplemente mixtificada. Hemos mencionado someramente como los aspectos generales de la cultura del Hombre no son más que un reflejo de la idiosincrasia espiritual de los Espíritus Encarnados. De cómo su inteligencia le ha servido para el escrutinio y traducción de los secretos de la naturaleza merced al quehacer científico, cuyos frutos le explican los mecanismos físicos y bio-químicos subyacentes.

De cómo el estudio de la historia, el desarrollo de la psicología o estudio de la mente, y el acervo del conocimiento, en particular de las ciencias sociales, día tras día, han esclarecido parcialmente las condiciones primitivas de los orígenes del ser humano y de su devenir sobre la faz del planeta, sin que por ello se haya accedido al conocimiento trascendental sobre la vida espiritual de los Hombres.

Hemos expuesto sucintamente el origen de los mundos materiales y su thelos primordial. Hemos mostrado como a través de la historia las Fuerzas Espirituales de la Equivocación han buscado desvirtuar el sentido redentor de la experiencia Humana, mixtificando la noción primitiva de su propia existencia como criatura de origen superior, para inducirlo en un craso error. Ese error que promulgan las creencias materialistas, interesadas en circunscribir la vida de los hombres al logro de mezquinas metas que tan solo les han de proporcionar un efímero y mórbido placer, más no felicidad.

Hemos mostrado como la vida de una gran mayoría de los Hombres, en un franco derroche de sus existencias, se diluye en la exacerbación de sus sentidos; En la búsqueda hedonista del placer sensual supremo, una simple quimera que se consume a si misma, mientras consume a sus seguidores. Y hemos hecho énfasis en que esta dinámica conviene a los equivocados intereses de Mundo Espiritual del Error, pues todos aquellos que perpetúan su desviación, incursos en la equivocación, retrasan la evolución espiritual colectiva de todos los seres equivocados; Pues, según señala la lógica, sin excepción, así como todos contribuimos (y nos referimos a todos los espíritus que nos equivocamos) a la invención del error, y debemos redimirnos, sin excepción, también todos deberemos ir al unísono de retorno hacia la Perfección.
A pesar de los funestos designios del Mundo Espiritual del Error, la aplicación inexorable de la Ley de la Evolución garantiza que los espíritus equivocados, deberemos ascender, tarde o temprano, en el vortice de la Redención Espiritual; Unos mas lentamente que otros, de acuerdo a su propia condición एस्पिरितुअल
Pero aun nos resistimos y tercamente anhelamos confirmar que no estamos equivocados…”
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NOTAS
[1] Toda práctica que atente contra la Libertad, la Virtud y la Moral del Espíritu Encarnado, involucrando privilegios que conlleven sufrimiento para este, según la Ciencia Espiritual. Ver: AECB. Asociación Escuela Científica Basilio Curso de Capacitación Para Auxiliares. Primer Año, Primera Parte. Editorial AECB. Buenos Aires. sai.
[2] Conjunto de creencias de orden mágico-religioso (mitos y milagros) que permean la racionalidad objetiva con elementos conceptuales producto de la fantasía y la imaginación subjetiva, según la Ciencia Espiritual. Ver: AECB. Asociación Escuela Científica Basilio. Dios y su Creación según la Enseñanza de Jesús de Nazareth. Editorial de la AECB. Buenos Aires, 1999
[3] Existen cuatro categorías básicas: Negra, Blanca, Roja y Marrón. Según la Ciencia Espiritual. Ver AECB. Asociación Escuela Científica Basilio. Curso Para Auxiliares. Libro 1. Editorial AECB. Buenos Aires. 1986
[4] Mundo Espiritual. De manera genérica, dentro del contexto de la Ciencia Espiritual como el conjunto general de los Espíritus, bien sean de Luz o Equivocados que cohabitan en un espacio determinado dentro del éter universal, materia prima de todo lo existente
[5] Intuitivos (seres). Se dice de aquellos seres que tienen muy desarrollada su Mediumnidad Intuitiva, (también conocida como sexto sentido) o facultad extrasensorial para “captar” la intencionalidad, traducida en imágenes o palabras inteligibles, de las entidades espirituales que les emiten vibraciones espirituales acordes con su condición de luz o equivocados, anticipando expresiones o situaciones por venir, de manera general.
[6] Más Allá. Expresión sinónima y alusiva al ya descrito Mundo Espiritual, por extensión, se entiende todo lo existente allende el mundo material.
[7] Toda práctica que atente contra la Libertad, la Virtud y la Moral del Espíritu Encarnado, involucrando privilegios que conlleven sufrimiento para este, según la Ciencia Espiritual. Ver: AECB. Asociación Escuela Científica Basilio Cursos de Capacitación Para Auxiliares. Primer Año, Primera Parte. Editorial AECB. Buenos Aires. sai
[8] Conjunto de creencias de orden mágico-religioso (mitos y milagros) que permean la racionalidad objetiva con elementos conceptuales producto de la fantasía y la imaginación subjetiva, según la Ciencia Espiritual. Ver: AECB. Asociación Escuela Científica Basilio. Dios y su Creación según la Enseñanza de Jesús de Nazareth. Editorial de la AECB. Buenos Aires, 1999

Comentarios

Anónimo dijo…
viejo Carlos. Muy buena la naracción en primera persona. Eso lo acerca más al mito y a la memoria. Esta nota es sobretodo constancia de mi acercamiento a su esfuerzo por socializar su sentir y su pensar. Vamos tejiendo

un abrazo

Cienfuegos
Unknown dijo…
Me parece una idea buena y recuerdo que en varias oportunidades se pidio a los medium que describieran en las incorporaciones de espiritus , ¿como es la vida espiritual? pero tal cosa no se hace muy frecuentemente , es que el tema de la vida espiritual según creo yo no está muy incorporado en la vida diaria .
de esta manera se toma conocimiento de una perspectiva de vivencia que puede ser asumida o no por el lector y que si es utilizada inteligentemente dara resultados positivos a quien reconozca sus errores y pueda arrepentirse de los mismos
Jorge
William dijo…
Es un estupendo trabajo hermano mío. Ya era tiempo de un trabajo así. El rigor y la seriedad científica buscando la verdad. Saludos

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