PROLEGOMENO A MANERA DE INICIACION
Durante centurias la orientación del conocimiento ha estado signada por dos grandes vertientes ideológicas que podríamos remontar a los insignes pensadores griegos Platón y Aristóteles, quienes encarnan dos visiones del mundo opuestas.
Para Platón, sustancialmente, el Mundo como tal es la consecuencia de una Idea esencial, primigenia, nouménica; inaprensible al sentido físico, y solo percibible a través de las manifestaciones presentes en los fenómenos que habitan en el Mundo Material. Su Mito de la Caverna ejemplifica tal concepción al mostrar al Hombre envuelto en las tinieblas de su ignorancia y que apenas atisba, intuitivamente, las formas esenciales que definen su Thelos y dan argumentos lógicos y válidos a su existencia. Esta doctrina se transluce en una Metafísica allende los mundos de la materia.
En tanto, Aristóteles representa la visión objetiva del Mundo, fundada en la observación de la naturaleza continente de todo lo existente y perceptible a nivel de los sentidos físicos. Es la prefiguración del pensamiento positivista que soportará la idea de Ciencia como un conocimiento racional de los hechos empíricos presentes en el Mundo Material.
En este orden de ideas, lo esencial o nouménico, por subjetivo o inaprensible en términos del universo físico, será el sustrato de las Creencias mágico religiosas que animaran la vida simbólica de los seres humanos; En tanto la observación objetiva de la naturaleza proveerá el bagaje de la Ciencia como expresión suprema de la inteligencia y racionalidad de los Hombres.
En su devenir histórico, estas dos posturas ambivalentes han de significar para los seres humanos una escisión ideológica prácticamente irreconciliable para su percepción y comprehension de si mismos y del Universo que les contiene Así, para sus expectativas de orden espiritual, en primera instancia se concibió la magia, en seguida los sistemas de creencias simbólicas y posteriormente las formas más elaboradas llamadas religiones. Para el conocimiento del mundo material, implementó la observación empírica de los procesos fisicoquímicos y biológicos con métodos probatorios y redundantes que le proveyesen una certeza básica en medio de tantas incertidumbres.
El pensamiento occidental, signado por la racionalidad y el discurso lógico positivos ha relegado al ámbito de lo simbólico toda manera intuitiva de percibir al mundo. Las formas de pensamiento ajenas a esa racionalidad como las ontogénesis, cosmogonías y antropogénesis de las culturas tradicionales, a nivel de la observación científica ortodoxa, han recibido un tratamiento de meras curiosidades apenas dignas de un registro en el inventario etnográfico. Como hecho relevante, el análisis comparado de categorías invariantes de una elaboración cultural a otra, han permitido vislumbrar la posibilidad de un sustrato u origen común y de elementos arquetípicos que están presentes en casi todos los modelos culturales estudiados hasta el presente, sin ir más allá de eso.
El avance de la misma ciencia presenta un estado de puntos ciegos en no pocos aspectos del conocimiento como consecuencia -es posible conjeturar-, de un limitado marco conceptual reduccionista y de un método de indagación y probatorio estrictamente empírico-positivo [1]
Investigaciones en otras áreas del saber han llevado a científicos otrora muy ortodoxos a revalidar sus apreciaciones considerando que el mundo de la ciencia tradicional y el mundo de las experiencias religiosas, místicas o espirituales no son necesariamente contrarios. De hecho quizá lleguen a ser reconocidos como el mismo en cuanto alcancemos la perspectiva correcta[2]
Parafraseando al Doctor Robert Kastenbaum[3], de hecho, en este caso, existe la posibilidad de integrar los fenómenos científicos con los llamados fenómenos espirituales। Entonces, ya es tiempo de abordar, sin el prejuicio de la academia reduccionista, otras formas de pensamiento que por su rigor conceptual, su coherencia y consistencia lógicas, podrían coadyuvar en la comprehension holistica del mundo y uno de sus más relevantes fenómenos: El ser Humano.
Para Platón, sustancialmente, el Mundo como tal es la consecuencia de una Idea esencial, primigenia, nouménica; inaprensible al sentido físico, y solo percibible a través de las manifestaciones presentes en los fenómenos que habitan en el Mundo Material. Su Mito de la Caverna ejemplifica tal concepción al mostrar al Hombre envuelto en las tinieblas de su ignorancia y que apenas atisba, intuitivamente, las formas esenciales que definen su Thelos y dan argumentos lógicos y válidos a su existencia. Esta doctrina se transluce en una Metafísica allende los mundos de la materia.
En tanto, Aristóteles representa la visión objetiva del Mundo, fundada en la observación de la naturaleza continente de todo lo existente y perceptible a nivel de los sentidos físicos. Es la prefiguración del pensamiento positivista que soportará la idea de Ciencia como un conocimiento racional de los hechos empíricos presentes en el Mundo Material.
En este orden de ideas, lo esencial o nouménico, por subjetivo o inaprensible en términos del universo físico, será el sustrato de las Creencias mágico religiosas que animaran la vida simbólica de los seres humanos; En tanto la observación objetiva de la naturaleza proveerá el bagaje de la Ciencia como expresión suprema de la inteligencia y racionalidad de los Hombres.
En su devenir histórico, estas dos posturas ambivalentes han de significar para los seres humanos una escisión ideológica prácticamente irreconciliable para su percepción y comprehension de si mismos y del Universo que les contiene Así, para sus expectativas de orden espiritual, en primera instancia se concibió la magia, en seguida los sistemas de creencias simbólicas y posteriormente las formas más elaboradas llamadas religiones. Para el conocimiento del mundo material, implementó la observación empírica de los procesos fisicoquímicos y biológicos con métodos probatorios y redundantes que le proveyesen una certeza básica en medio de tantas incertidumbres.
El pensamiento occidental, signado por la racionalidad y el discurso lógico positivos ha relegado al ámbito de lo simbólico toda manera intuitiva de percibir al mundo. Las formas de pensamiento ajenas a esa racionalidad como las ontogénesis, cosmogonías y antropogénesis de las culturas tradicionales, a nivel de la observación científica ortodoxa, han recibido un tratamiento de meras curiosidades apenas dignas de un registro en el inventario etnográfico. Como hecho relevante, el análisis comparado de categorías invariantes de una elaboración cultural a otra, han permitido vislumbrar la posibilidad de un sustrato u origen común y de elementos arquetípicos que están presentes en casi todos los modelos culturales estudiados hasta el presente, sin ir más allá de eso.
El avance de la misma ciencia presenta un estado de puntos ciegos en no pocos aspectos del conocimiento como consecuencia -es posible conjeturar-, de un limitado marco conceptual reduccionista y de un método de indagación y probatorio estrictamente empírico-positivo [1]
Investigaciones en otras áreas del saber han llevado a científicos otrora muy ortodoxos a revalidar sus apreciaciones considerando que el mundo de la ciencia tradicional y el mundo de las experiencias religiosas, místicas o espirituales no son necesariamente contrarios. De hecho quizá lleguen a ser reconocidos como el mismo en cuanto alcancemos la perspectiva correcta[2]
Parafraseando al Doctor Robert Kastenbaum[3], de hecho, en este caso, existe la posibilidad de integrar los fenómenos científicos con los llamados fenómenos espirituales। Entonces, ya es tiempo de abordar, sin el prejuicio de la academia reduccionista, otras formas de pensamiento que por su rigor conceptual, su coherencia y consistencia lógicas, podrían coadyuvar en la comprehension holistica del mundo y uno de sus más relevantes fenómenos: El ser Humano.
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NOTAS
[1] WESSELMAN, Hank. Encuentros Con El Espíritu. Editorial Plaza y Janés S.A. 1ª. Edición. Barcelona. 1998
[2] RING, Kenneth. Life at Death: A scientific investigation of the near death experience. Coward, McCann & Geoghegan. New Cork.1980
[3] KASTENBAUM, Robert. Hay Vida Después De La Muerte?.Ediciones Internacionales Futuro S.A. 1ª. Edición. Madrid. 1986
[1] WESSELMAN, Hank. Encuentros Con El Espíritu. Editorial Plaza y Janés S.A. 1ª. Edición. Barcelona. 1998
[2] RING, Kenneth. Life at Death: A scientific investigation of the near death experience. Coward, McCann & Geoghegan. New Cork.1980
[3] KASTENBAUM, Robert. Hay Vida Después De La Muerte?.Ediciones Internacionales Futuro S.A. 1ª. Edición. Madrid. 1986